lunes, 24 de febrero de 2014

Mesa Dulce para Irina

Casi de casualidad nos hemos dado cuenta de que en nuestro blog aún no habíamos compartido ninguna Mesa Dulce o Candy Bar. Así que empezaremos con la de este fin de semana, que quedó realmente preciosa.

¿Hay alguien de los que nos estáis leyendo que no piense que estas mesas son casi de cuento, que son preciosas? ¡Seguro que no! Y eso es lo que nos pidió la mamá de Irina: una Mesa Dulce de Cuento de hadas...


Montse Millàs, fotógrafa y descendiente de fotógrafos, ha confiado en nosotros para colaborar con las Mesas Dulces. Y Gemma, una artista del Scrap, ha sido una colaboradora inigualable a la hora de realizar los detalles decorativos tal y como los queríamos y mucho más. Si os interesa el mundo del Scrap, podéis poneros en contacto con Montse Millàs Fotografía (Plaza del Pati de Valls), que ofrece talleres de Scrap en sus intalaciones.

 
Como tema central de la Mesa Dulce, un cochecito de madera con los recordatorios de esta celebración de bautizo: una galleta de cochecito con una foto preciosa de Irina, todo en forma como de piruleta. 

Un detalle de una de las "bandejas" de galletas. Alrededor de los postres "made in Dolça Fantasia" colocamos diversos recipientes de "chuches", siempre siguiendo la estética de la Mesa. Las galletas eran de fresa y vainilla.

En cada Mesa Dulce creamos algo diferente. Esta vez preparamos unas "rocas" de chocolate blanco, cereal y Lacasitos que tuvieron un gran éxito.

Como no... ¡uno de nuestros clásicos! Los Cakepops (bizcobolas para entendernos), hechos con nuestro delicioso bizcocho y Nutella, cubiertos de chocolate blanco aromatizado en fresa y color rosa intenso. Una delicia para el paladar... ¡y no sólo cosa de niños!

 Si, si... Ya llega la extrella de la colección. Los Cupcakes. De base hicimos un Red Velvet, con una buttercream de vainilla y macadamia. Escogimos tres modelos para los toppers, realizados en fondant...

... unos peúcos lindísimos, que inspiran ternura y deseos de colocar dentro unos piececitos como éstos...
... ¿verdad que son monísimos? Casi dan ganas de hacerles cosquillitas...
Y qé decir del chupete... parece que está esperando que Irina se lo ponga en su boquita...
Los wrappers escogidos para envolver los cupcakes dieron el toque final a nuestra torre de cupcakes (los podéis encontrar en nuestra tienda on line).

Una vista  frontal de la mesa ya finalizada. Como podéis ver diseminamos por la mesa los diferentes detalles y fotos que Montse preparó para la ocasión, al igual que unas torres rellenas de nube de azúcar...

La celebración se realizó en Les Fonts de Can Sala, un Restaurante-Masía con mucha tradición, donde personalidades de la cultura y la política han sido bien recibidas. Uno de esos sitios que tienen historia y siguen ofreciendo al día de hoy su experiencia, calidad, y buen hacer. Judith, la propietaria, una mujer encantadora y exquisita, y todos los trabajadores del Restaurante, nos atendieron de forma cordial, colaborando en todo momento con nosotros. ¡Gracias!

Con esta foto de la mesa acabamos la entrada. Solo añadir que los papás de Irina quedaron encantados y totalmente satisfechos del resultado. Y aunque Irina ahora no es consciente del amor que sus padres han volcado en este día, con los años podrá verlo, inmortalizado en las fotos que Montse les ha facilitado.
Y por nuestra parte, una vez más... ¡objetivo cumplido con creces, juntamente con Montse y Gemma! 
¡Un saludo a todos!

domingo, 16 de febrero de 2014

Toda una vida

Cristina me pidió que reprodujera, en pastel, la masía que su familia ha disfrutado durante tantos años. La ocasión, el 80 cumpleaños, de su padre, Ramón. Nunca he dicho que no a nada, así que esta vez no iba a ser diferente.  
El trabajo requería visitar el lugar, ya que mediante las fotos no podía reconstruir mentalmente las proporciones y distancias del conjunto. En compañía de Cristina, hice un recorrido por el exterior de la casa. Me mostró también el comedor, cosa que fue importante por un detalle que luego os mostraré.

¡Manos a la obra!

¿Cuántos kilómetros habrá hecho este tractor? Seguro que muchos. Compañero necesario para trabajar el huerto, el cual ha dado tanto fruto...
Tal vez calçots, esa "cebolla tierna", como dicen algunos cuando intentan explicar a los que no conocen esta delicia de nuestra tierra...

... o tal vez calabazas, llenas de color y con tantos usos posibles...

... o tal vez lechugas. Seguro que estos y otros muchos vegetales. Nuestro tractor les ha preparado el camino a todos...


Visión frontal de la casa, hecha poco a poco, con mucho cariño. Tallé el bizcocho para darle, en diferentes niveles, la forma exacta de la casa. ¡Un trabajo de minuciosa planificación!


Los arcos de la entrada, a los pies de los cuales hay una fuente, dan el carácter más representativo del edificio. En el interior de esta masía encontramos un bizcocho de vainilla, almibarado con canela y limón, intercalado con capas de ganaché de chocolate blanco y capas de crujiente de avellana y ralladuras de chocolates.

Una vista de la parte trasera de la masía... ¡La tarta medía algo más de 60 cm.!

 ... y uno de los laterales. Todos los elementos que véis están trabajados con fondant, excepto la vela. Todo es totalmente comestible. Una de las características de los trabajos de Dolça Fantasia, y que nuestros amigos valoran. Si observáis la foto, uno de los tejados no es normal; parece un dibujo...

... y realmente así es. El Sr. Ramón hizo, hace unos años, una pintura al óleo que preside el comedor de la casa. Ya os he mencionado al principio de la publicación que era algo importante para él, así que pensé reproducirlo sustituyendo uno de los tejados. Con pinturas comestibles fuí reproduciendo el cuadro original. Fue complicado lograr los mismos tonos e intensidades, muy variados, y más con pinturas comestibles, pero tras diversas pruebas y mezclas os puedo asegurar, sin miedo a meter la pata, que quedó exacto al real.



Y, como final, la foto de la masía al completo. Hemos puesto este fondo porque se asemeja al entorno del edificio, y que por razones evidentes no fue posible reproducir.
Os tengo que decir que las muestras de agradecimiento, desde la misma entrega de la tarta, hasta horas después de la celebración, me emocionaron. Seguro que no tanto como lo hizo la familia, con el homenajeado a la cabeza. Su satisfacción al ver un símbolo que representa toda una vida, para él y para su familia, bien valieron las horas de esfuerzo, trabajo e ilusión. Gracias por vuestra generosidad y por la confianza depositada en nosotros para un acto tan especial. 
Y, de nuevo, una vez más... ¡¡objetivo conseguido con creces!!




lunes, 10 de febrero de 2014

Bodas de Oro

Haber vivido toda la vida siendo amante de la música tiene muchas ventajas, y una de ellas es que parte de tus amigos también lo son. Así que, si estos amigos te encargan tartas para ocasiones que lo merecen, es más que probable que tengan relación con ella. Y mucho de dichos amigos heredaron ese amor de sus padres; al menos, ese es el caso de la ocasión que nos ocupa. Una pareja de enamorados con un tema, entre muchos otros,  en común...


Después de encontrar una partitura común, el resto era sólo ir añadiendo elementos armónicos (nunca mejor dicho) que, de forma elegante, complementaran la temática musical de la tarta. El bizcocho, sabor chocolate negro, iba teñido en ese mismo color, con un relleno blanco blanquísimo de un reciente descubrimiento en nuestras creaciones que está triunfando: Buttercream - merengue suizo - ganaxé de chocolate blanco. Una mezcla equilibrada que aporta todo lo bueno de cada una de las partes. Y por descontado, todo almibarado con el sirope especial de la casa.


Aquí vemos el detalle de la partitura. Una sección de "El Mesías" de Händel. Está transcrito de la auténtica partitura, escribiendo con rotulador de tinta comestible en negro sobre una hoja de fondant blanco. No es una hoja impresa, está hecho línea por línea, figura por figura, de forma manual.

Seguimos experimentando con el Isomalt, y fruto de ellos son las decoraciones en dorado que podéis apreciar, trabajadas todas a mano también. Es un elemento increíble para añadir efectos inigualables. 
No podían faltar dos corazones... de forma sutil, también en dorado,  representando a los dos protagonistas de la historia...
... igual que los dos anillos "de diseño" y la cifra mágica.  Los nombres de ellos, otra melodía que ha sonado toda una vida para iluminar y llenar la vida de sus hijos, nietos, y todos aquellos que han disfrutado de su compañía. Queríamos que las letras tuvieran simbolismo musical, y ya que no encontramos ningún cortador de letras que nos gustara, las hicimos también de forma manual trabajándolas, al igual que la líneas del pentagrama, con fondant negro. Para darles una mayor vistosidad y relevancia, las pintamos también de forma sutil con gel dorado

El toque visual final fue la reproducción del teclado de un piano en la base de la tarta, hecho todo de fondant blanco y negro.

Gran satisfacción al finalizarla, sabiendo que el trabajo realizado ha dado el resultado deseado y aún más allá, y que hará felices, una vez más, a unos buenos amigos!!

Por cierto, para aquellos que no lo sabéis, si véis unas palabras coloreadas en el texto, son enlaces que que os llevan directamente a los productos con los cuales hemos trabajado.

lunes, 3 de febrero de 2014

Tarta Nintendo Nes

Uno de los aspectos que me gustan más de mi trabajo es la diversidad. Un día toca hacer una tarta romántica a más no poder... y al siguiente, una totalmente tecnológica. ¡Guerra a la rutina!
Hoy os traemos una Nintendo Nes, un aparato de esos que el género masculino, en general, conoce bien. Yo no tenía ni idea de que existía, lo tengo que confesar... pero para eso está Internet: para la documentación de cualquier cosa que a uno se le pueda ocurrir...

Aquí tenéis un plano superior de la tarta. El bizcocho era de chocolate con leche, mojado con almíbar de canela y un toque de licor. El relleno, una buttercream de dulce de leche y chocolate blanco.
A nuestra Nintendo Nes no le faltaba ningún detalle;  ni por detrás...
... ni por el lateral, ni por el frontal... ¡Completita! Mirad el detalle del mando...
Cuando hago este tipo de "máquinas", la pregunta que siempre me hacen es: "los mandos, ¿también son de bizcocho?". Y mi respuesta siempre es la misma: Sí. El día que los haga de otra cosa... ¡os lo diré!

Cuando entregué la tarta había gente delante, aparte de quién me la encargó. Hasta que no les aclaramos que era una tarta, me miraban pensando que algo no era normal... Imaginad, una nintendo en una base plateada y envuelta en papel de celofán con un lazo...

¡Hasta la próxima tarta!
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sábado, 1 de febrero de 2014

Dúnia

Una de mis amigas más fieles (en todos los sentidos) me encargó la gran tarea de hacer la tarta de su sobrina, Dúnia, a la cual quiere con locura. Sólo me dijo que le gustaba el color amarillo, que no le gustaba el chocolate, y que se dedica a la danza.
Así que decidí hacer un bizcocho de sabor a caramelo, mojado con almíbar de canela y limón. Las capas de relleno, una mezcla de buttercream de vainilla enriquecido con pasta saborizante de frutas del bosque. Una mezcla de sabores equilibrada, suave y deliciosa, con un sutil toque acido de las frutas del bosque.

 Decidí decorar la tarta con glasa. Me parecía muy adecuado para representar la belleza y delicadeza de la danza. Podéis ver las decoraciones en blanco en negro directamente pintadas, y los motivos independientes adheridos a la tarta. Como supongo que ya sabéis, la glasa es una mezcla de agua, albúmina y azúcar icing. Se le puede colorear con cualquier color que se desee, como en este caso el negro.
Los motivos blancos con forma de tulipán que están adheridos alrededor de la tarta, son adquisición de un curso que hice con Susanna Ruggerini,  una artista excepcional y que hace unas flores maravillosas. 
Una decoración que hasta ahora no había utilizado, son los puntos de glasa en las paredes de la tarta. ¿Que cómo consigo hacerlos tan simétricos? Con el marcador especial para ello, que es mano de santo!!
Como motivo principal de la tarta, una silueta hecha en glasa negra reproduciendo una bailarina. El número 20, que son los añitos que ha hecho Dúnia, lo realicé con fondant negro decorado con unas perlitas.

 La forma de la tarta no es lisa en su superfície. Le dí una ligera ondulación, tallando el bizcocho, imitando las ondas de un tutú.  Y, por supuesto, en fondant color amarillo, ¡el favorito de Dúnia!.

Esta vez (creo recordar que es la segunda), fuí invitada a la fiesta. Probar tu propio pastel es algo así como escuchar tus propias canciones, o que lean tus poemas, o algo similar... Pero, afortunadamente, a Dúnia le gustó muchísimo su tarta. Y a su tía también, algo que era muy importante.

¡Otro objetivo cumplido en nuestra lista!


 
 
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