lunes, 20 de enero de 2014

Azúcar, azúcar... y Amor!

Tenía que hacer una tarta para una persona vital, todo contrastes, pero a la vez cariñosa. También quería seguir experimentando con el trabajo en azúcar e Isomalt. Así que pensé en hacer algo un pelín diferente, que fuese dinámico, colorido, innovador. Y esta vez sin figura. Sabéis que me encantan las figuras, pero estas Navidades hemos hecho tantas que tenía ganas de cambiar un poco. Además la tarta tenía que comunicar muuuucho amor... ¡Pues esto es lo que salió!


Primero trabajé con azúcar normal, del que todos tenemos en casa, y llevándolo a ebullición con un poco de agua, glicerina y colorante rojo en gel Wilton, conseguí una textura tipo "chuche" para algunos de los corazones. La forma de corazón la logré vertiendo el azúcar en los moldes de corazón.


Como podéis apreciar en la foto, hay otros tipos de texturas en la decoración de esta tarta. La de los trozos de azúcar imitando mosaico y la de las decoraciones en forma de espiral y en forma como de "alga" que surgen de la tarta, dándole volumen. 
Las primera, el mosaico, fue un paso intermedio en la cantidad de glicerina usada al mezclar con el Isomalt. Intentaba imitar la textura de "baldosa". Una vez deshecho el Isomalt, lo dividí en tres recipientes que coloreé con tres diferentes colorantes: rojo, azul, y amarillo. Estiré el resultante sobre papel de horno y, una vez seco, lo rompí a trocitos...


Deshice otra sesión de Isomalt, esta vez con menos glicerina, y añadiendo colorante azul y amarillo para conseguir un verde manzana. Y conseguí el efecto y la textura de las decoraciones verdes, más elástica y moldeable, pero sin llegar a ser transparente. Luego sólo es cuestión de darle forma mientras mantiene la temperatura ideal para trabajarla.


En esta foto podéis apreciar un detalle de la parte superior de la tarta, incluída la vela, ya que era para un cumpleaños.


El bizcocho era de sabor a plátano, el almíbar era de canela y limón con un toque de licor, y el frosting del relleno era de caramelo. ¡Realmente delicioso! La tarta está cubierta con fondant blanco con sabor a Nubes de Funcakes. Es un fondant que para invierno me funciona perfectamente y con un sabor suave y auténticamente a "chuche". La base, forrada con fondant rojo funcakes, dió a la tarta un contraste precioso y llamativo.

Ya sabéis... Como siempre, una vez más y afortunadamente... ¡Objetivo cumplido!

domingo, 5 de enero de 2014

Roscón de Reyes 2014

Tengo que hacer una confesión: El Roscón de Reyes era para mí una asignatura pendiente. No quiero decir con eso que no lo haya hecho, o que los que elaboré no estuvieran buenos... pero nunca me sentía totalmente satisfecha con el resultado. O un poco seco, o un poco denso, o un poco "soso"... En fin, siempre con "un poco" de algo.
Así que este año decidí arriesgar e improvisar a la búsqueda de la receta ideal para mí. Mezclé varias que ya tenía, y me lancé a la aventura. Condición: fácil elaboración. Ni masa madre ni nada por el estilo (aunque he visto recetas por ahí con masa madre que dan envidia). ¡Receta exprés para cocineras con poco tiempo!

Así que me arriesgué con esto:

Ingredientes masa

- 800 g. de harina de fuerza
- 13 gr. de levadura de panadero seca o 25 gr. de la fresca ( yo uso la  levadura seca, son unas tres cucharaditas)
- 3 huevos
- 125 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
- 75 ml. de leche templada
- 75 ml. de agua templada
- 1/2 copa de Ron Negrita (o cualquier otro... yo tengo ese de la cesta de Navidad de mi marido) previamente aromatizada con granos de anís (la tuve dos días con dos cucharaditas de granos de anís para que adquiriese el sabor)
- El zumo de 1 limón (o un buen chorrito de concentrado de limón)
- El zumo de 1 naranja PEQUEÑA
- 150 gr. de azúcar
- 3 cucharadas de miel


Ingredientes decoración:

- 1 huevo batido
- Azúcar al gusto
- Frutas escarchadas al gusto
- Piñones, almendra triturada, fideos de colores,   
- ¡Lo que os venga de gusto!

Ingredientes relleno:

- 1 barra de turrón de jijona (yo este lo voy a hacer de turrón, vosotras podéis hacer cualquier relleno que os apetezca)
- 300 ml. de nata para montar
- 50 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
- 50 gr. de azúcar glas
- La figurita y la haba


Pues vamos allá... Os dije que sería fácil, no?  

Si tenéis panificadora, meted todos los ingredientes a la vez en el programa de amasado sin cocción. ¡Os hará una masa perfecta que tenéis que dejar reposar para que aumente de volumen unas 2 horas!



Si usáis la batidora/amasadora, primero batid la mantequilla y el azúcar; luego añadís los huevos.
 
Luego los líquidos excepto el agua templada (licor, cítricos, leche y miel); a continuación la harina a la que previamente habréis incorporado la levadura; y, finalmente, y poco a poco, el agua templada. Todo esto mientras la amasadora va haciendo su trabajo, a velocidad 1 y con el accesorio para masas, que es aquella especie de gancho. La textura de la masa tiene que ser espesa, pero no demasiado. No llega a ser como la de una pizza... Ok?
Dejáis reposar 2 horitas tapado con un trapito para que adquiera volumen y la consistencia deseada.

A continuación, sobre una superficie bien enharinada, dividimos la masa en dos porciones y las estiramos para tener dos tiras que iremos enrrollando la una sobre la otra, como si hiciéramos una trenza pero de sólo dos cabos. Es mucho más fácil. Aprovechamos estos espacios para introducir la haba y la figurita (yo este año he puesto un búho precioso). Unimos los extremos, depositamos el roscón sobre una bandeja de horno con papel de hornear, y dejamos subir una hora más.
Una vez pasada la hora, decoramos. Os digo como lo he hecho yo: 
Primero he pintado todo el roscón con el huevo mezclado con el azúcar (con esa cantidad llega para dos roscones), y a continuación he ido colocando los piñones y las frutas escarchadas. ¡Ya sabéis que la imaginación al poder, así que después de esta base, vosotros a disfrutar poniendo lo que más os guste!
Ya está listo para ser horneado. Con el horno previamente calentado a 180º, introducimos el roscón (yo tengo 5 alturas, lo he puesto en la segunda empezando por abajo y con el ventilador y el fuego inferior, pero cada horno es un mundo...)

Aquí podéis ver el antes...
                                                                  ... y el después.
¿El tiempo de horneado? Pues entre 20 y 30 minutos, dependiendo del volumen del Roscón y, evidentemente, de vuestro horno. Los míos han tenido suficiente con 25 minutos.


Os tengo que confesar que mientras los hacía pensaba que tanta rapidez sería un fracaso... ¡Nada más lejos de la realidad! El resultado de este año ha sido, con creces, el mejor de toda mi vida. Es que me faltan palabras, como dice mi amiga Cristina, para explicaros lo rererebuenísimo que está (ya lo hemos probado, sí...)!!! Tieeerno, tiernísimo, sabroso, esponjoso,... en fin... una delicia...



En cuanto al relleno, lo haré esta tarde. Utilizaré los ingredientes que os he detallado antes, haciendo una especie de mousse/buttercream de turrón.

¡Que nuestras majestades los Magos de Oriente os traigan mucha felicidad!


viernes, 3 de enero de 2014

En libertad

Ya han pasado todas las fiestas menos la de Reyes... Han sido unos días de trabajo, ilusión, estrés, creatividad.. Una mezcolanza dulce que nos ha hecho vivirlas de un modo diferente...
Dulces navideños, tartas de cumpleaños, fiestas de empresa, encargos desde el otro lado del mar... Siempre con el deseo de agradar a nuestros clientes y ofrecer lo mejor de nosotros.

Entre los encargos tuvimos una tarta de cunpleaños para alguien muy especial, Efrem. Un muchacho de altas miras, que nos puso realmente complicado escoger una temática ideal para él. Su madre, amiga y clienta nuestra, nos hizo la petición con algunas pistas, y el resto fue investigación "policial"...  ;)

 
La tarta evoca una de las aficiones de Efrem, la escalada, y algunos de sus "amores": libertad, naturaleza, ...


 Aquí podéis apreciar un detalle de los motivos de esta tarta... El pájaro es una silueta dibujada sobre fondant y pintada. Los pájaros y el "hombre volador" se dibujaron con rotuladores negros. 
Creo que no necesitan muchos comentarios.


 La tarta representaba una montaña, con su nieve incluída, que era glasa real. La parte inferior era un bizcocho de chocolate con leche, mojado con almíbar de limón y canela; las capas de relleno eran un ganaché de chocolate negro, negro, negro... Puro 70%.


La parte superior imitando los picos de la montaña eran de RKT, la técnica de modelar estructuras más ligeras con mezcla de arroz inflado y nubes deshechas. El efecto de la hierba lo realizamos con glasa real tintada de verde.


El nombre y los números de la vela, hechos con fondant, están pintados con pintura comestible cobriza metalizada, que le dan un efecto muy especial.

Sabéis que normalmente son los propios amigos que nos comunican lo buena que estaba la tarta y la sorpresa e ilusión que despertó en el homenajeado. Y así volvió a ser esta vez. Por muchos encargos que hagamos, cada uno de ellos es especial y nos llena de satisfacción ver que nuestras tartas no son una tarta más, sino que crean el ambiente que nosotros y la persona que nos la encarga espera.

De nuevo: objetivo cumplido.
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