lunes, 10 de febrero de 2014

Bodas de Oro

Haber vivido toda la vida siendo amante de la música tiene muchas ventajas, y una de ellas es que parte de tus amigos también lo son. Así que, si estos amigos te encargan tartas para ocasiones que lo merecen, es más que probable que tengan relación con ella. Y mucho de dichos amigos heredaron ese amor de sus padres; al menos, ese es el caso de la ocasión que nos ocupa. Una pareja de enamorados con un tema, entre muchos otros,  en común...


Después de encontrar una partitura común, el resto era sólo ir añadiendo elementos armónicos (nunca mejor dicho) que, de forma elegante, complementaran la temática musical de la tarta. El bizcocho, sabor chocolate negro, iba teñido en ese mismo color, con un relleno blanco blanquísimo de un reciente descubrimiento en nuestras creaciones que está triunfando: Buttercream - merengue suizo - ganaxé de chocolate blanco. Una mezcla equilibrada que aporta todo lo bueno de cada una de las partes. Y por descontado, todo almibarado con el sirope especial de la casa.


Aquí vemos el detalle de la partitura. Una sección de "El Mesías" de Händel. Está transcrito de la auténtica partitura, escribiendo con rotulador de tinta comestible en negro sobre una hoja de fondant blanco. No es una hoja impresa, está hecho línea por línea, figura por figura, de forma manual.

Seguimos experimentando con el Isomalt, y fruto de ellos son las decoraciones en dorado que podéis apreciar, trabajadas todas a mano también. Es un elemento increíble para añadir efectos inigualables. 
No podían faltar dos corazones... de forma sutil, también en dorado,  representando a los dos protagonistas de la historia...
... igual que los dos anillos "de diseño" y la cifra mágica.  Los nombres de ellos, otra melodía que ha sonado toda una vida para iluminar y llenar la vida de sus hijos, nietos, y todos aquellos que han disfrutado de su compañía. Queríamos que las letras tuvieran simbolismo musical, y ya que no encontramos ningún cortador de letras que nos gustara, las hicimos también de forma manual trabajándolas, al igual que la líneas del pentagrama, con fondant negro. Para darles una mayor vistosidad y relevancia, las pintamos también de forma sutil con gel dorado

El toque visual final fue la reproducción del teclado de un piano en la base de la tarta, hecho todo de fondant blanco y negro.

Gran satisfacción al finalizarla, sabiendo que el trabajo realizado ha dado el resultado deseado y aún más allá, y que hará felices, una vez más, a unos buenos amigos!!

Por cierto, para aquellos que no lo sabéis, si véis unas palabras coloreadas en el texto, son enlaces que que os llevan directamente a los productos con los cuales hemos trabajado.

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