Cada tarta que nos encargan es importante para el que la pide, pero cuando dos papás quieren una tarta para dedicar a un hijo... el amor que ponen en ello alcanza un grado superlativo. Imposible defraudarlos...
A los papás de León, como a todos los demás, les rebosaba la ilusión por todos los poros...
Miramos bastantes opciones, les pasamos diferentes modelos, y finalmente optaron por uno en tonos blancos y azules...
Bonita... ¿Verdad? La tarta quedó espectacular, pero las fotos que tenemos fueron hechas a toda prisa, porque venían a buscarla. Igualmente se aprecia su belleza...
Me encanta la idea de poner el nombre de un bebé en cubos de rompecabezas... unas piezas que a todos nos acercan cálidos recuerdos de la infancia...
Mirad qué monada de trenecito hecho totalmente de fondant, modelado a mano pieza por pieza, con sus carga de nubecitas...
Una visión general de la decoración de la tarta inferior. Los sabores, chocolate con leche para el bizcocho y limón para el frosting. Todo con un toque de canela.
Detalle de la tarta superior, con un inmenso lazo en tono azul un poco más oscuro. ¡Todo un regalo!
El poquito rato que estuvo la tarta en la tienda, envuelta en su papel de regalo transparente y con sus lazos decorativos, fue todo un éxito. Y el agradecimiento del padre de León nos llenó de satisfacción.
¡Saludos!
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